Tarde emotiva, despedida de Ponce, regreso de Morante y un torero que lleva mucho tiempo llamando a las puertas de los despachos y en la mayoría de ellas están cerradas.
Un diluvion de orejas algunas sobraron, pero la tarde y el momento lo permitieron.
La emoción y el buen torero sin duda Morante no se puede torearon más despacio ni al compás como lo hace Morante, cada lance un cartel de toros, ayer vimos el buen torero de capote tan difícil ultimamente, para que luego digan que Morante no es valiente ahí es NA. Ver torear a Morante es soñar despierto todo tiene un porque una medida en todo lo que hace. ¡Feliz regreso torero, el lo necesitaba y el aficionado también!
Fernando Adrián, demostró que no se amilana ante nadie, que sus compañeros de cartel son eso compañeros, como estuvo toda la tarde un derroche de energía, ganas voluntad y buen toreo y matando un cañón, a ver si los empresarios toman nota de una puñetera vez y lo anuncian en todas las ferias.
Todas las retiradas son tristes, porque significan mucho, el paso del tiempo, nada es eterno en esta vida, todo tiene un principio y un fin ayer lo vimos con un gran matador, que ha hecho historia y que a partir del próximo año será un referente para muchos que se inician en el noble arte de Cúchares, la Tauromaquia.
Enrique Ponce, el toreo eterno, no voy a ser yo quien le juzgue por la tarde de ayer, tres orejas, un gran recocimiento por parte de un público fiel a quien ha estado muchos años toreando con unos retos difíciles de repetir, la hemeroteca lo dice todo, se marcha uno de los mejores.
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