Madrid, 11 jun (EFE).- La emoción de la vigésimo novena de San Isidro llegó con un bravísimo toro de Valdellán, un ejemplar para el recuerdo con el que Cristian Escribano no pudo, y que fue el punto álgido de una corrida con muchos matices, en la que Fernando Robleño dio la cara con el peor lote e Iván Vicente estuvo ausente. La plaza registró más de media entrada.

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