
Madrid, 7 jun (EFE).- Una más que estimable y meritoria faena de Diego Urdiales, que fue el momento de mayor interés de la corrida de este viernes en San Isidro, pasó sin eco y casi desapercibida para un público aplanado por el desesperante y manso juego de los toros de Alcurrucen que propició que la terna compuesta por Antonio Ferrera, Urdiales y Ginés Marín, se fuera de vacío.
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